· Museo de San Isidro (Museo de los Orígenes)
· La Plaza de la Paja
· La Plaza del Humilladero
· La Plaza de San Andrés
· La Iglesia de San Andrés
· El Teatro de la Latina
· La torre de San Pedro el Viejo
· La Plaza del Alamillo
· Restos de la antigua Muralla en la Calle de los Mancebos
· Palacio del Marqués de Villafranca
· Colegiata de San Isidro
· Plaza de la Cebada
· Las Cavas (Baja y Alta)
· Plaza de Puerta Cerrada
· La Puerta de Toledo
· La Fuentecilla (en la Calle Toledo)
· Jardines de las Vistillas
· Plaza de los Carros
· Real Basílica de San Francisco el Grande
· Jardín del Príncipe de Anglona
· Colegiata de San Isidro
Los límites de toda zona antigua de una ciudad son difíciles de dibujar en sus calles, sin embargo, en el Barrio de la Latina podemos considerar los siguientes:
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Norte: Calle Segovia
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Sur: Ronda de Toledo
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Este: Ronda de Segovia
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Oeste: Calle de la Ribera de Curtidores
Ubicación
El lugar de lo castizo para nueva gente
La Latina es una de los barrios más destacados del Madrid más castizo, une una gran cantidad de historia y a la vez de encanto debido a que se trata de una de las zonas más antiguas de la ciudad (la del Madrid de los Austrias) que desde la época medieval y aún hoy en día sus calles de trazado irregular se han conservado como lugar de paso de todo tipo de personas y clases sociales. Su nombre se debe a una de las escritoras y humanistas más influyentes del Siglo XV, Beatriz Galindo, conocida popularmente como La Latina; fue la tutora de Isabel La Católica y sus hijos, y junto a su marido construyó un hospital en el barrio (en la Calle Toledo), conocido como el Hospital de la Latina (1499).
Junto a sus calles estrechas y trazadas según el paso del agua de antiguos riachuelos, se suma la preservación de espaciosas plazas y gran cantidad de edificios de siglos anteriores, caracterizados por fachadas llenas de ventanas y balcones. Relevante en la vida urbanita que se desarrollaba en la capital eran también los mercados, en este caso el mercado de abastos más famoso de La Latina es el mercado de la Cebada; que ocupaba un gran espacio común en el que desde el Siglo XV se celebraron acontecimientos de muy diversa índole; trueque, ferias , ejecuciones…
Las calles de la Cava Alta y la Cava Baja, que discurren hoy en día casi paralelas ofreciendo a los habitantes y turistas una gran oferta de sitios de ocio y hostelería, en el Siglo XVII eran los dos pasos principales que permitían el paso a la ciudadela a través de la muralla a viajeros y transeúntes o comerciantes, su concurrencia hizo que se congregasen un alto número de hostales y hospedajes e hizo que esta zona se popularizase mucho; tanto que, en el Siglo XIX, con el abandono de la zona por parte de los nobles y la demolición de sus palacios, hizo falta un nuevo plan urbanístico de mayor aprovechamiento posible del espacio en corralas y edificios de alquiler de viviendas, que se conoció como chabolismo vertical.
Cerca de las Cavas y al lado del mercado de la Cebada, se encuentra la plaza de los Carros, de cuyo nombre se deduce ciertamente que era el lugar donde los carros de mercancías se detenían para que los comerciantes las descargasen para su venta. Cerca también está la Calle de la Morería y de la Plaza del Alamillo, nombres que aún hoy recuerdan el centro de reunión de gran parte de la ciudadanía morisca y conversa.
Junto a los comerciantes y gremios de artesanos, también paseaban por La Latina importantes personajes de la Nobleza y la Iglesia; algo de lo que queda constancia gracias a la edificación de la majestuosa Real Basílica de San Francisco el Grande, en torno a la Plaza de la Paja de la iglesia de San Andrés, la capilla del Obispo, el palacio de los Vargas o el Colegio de San Ildefonso; el organismo de enseñanza infantil más antiguo de Madrid, cuyos alumnos año tras año siguen cantando los números y premios de la Lotería Nacional de Navidad.
Debido a su gran bagaje histórico, La Latina es también un espacio en el que muchas de las fiestas más tradicionales de Madrid tienen lugar; por ejemplo las fiesta del patrón de la ciudad, San Isidro, en Mayo, en los Jardines de las Vistillas, o la verbena de la Paloma (las fiestas del barrio), en las que, cada agosto, el arrabal se llena de vida, de música, procesiones y concursos de chotis, para el disfrute de los vecinos y de los visitantes más animados.