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Sobre el Reportaje

Este reportaje surge como una idea procedente de la curiosidad que me ha abordado durante mucho tiempo sobre el "cambio"; sobre como los ambientes y los contextos cambian tan solo cuando unas cuantas circunstancias en un mismo espacio se han alterado. 

Junto a este pensamiento, se une la afición por la fotografía, como ese modo instantáneo pero perdurable de ser testigo de algo en algún momento del transcurso del tiempo.

Y el último factor que se asocia a estos dos anteriores, es el de la pasión por viajar, explorar y conocer sitios, culturas y personas. Pero como esta ambición no está al alcance de muchas personas, el viaje también se puede hacer a la ciudad más cercana del lugar dónde vivimos; en mi caso, Madrid.

Para que todas estas ideas tuvieran coherencia, la solución venía dada por una modalidad de realizar periodismo no tan usual en el mercado informativo del día a día, en el que la concisión, la inmediatez y el consumo fácil de noticias es lo primordial. Sino una modalidad más cercana a los grandes (o largos) reportajes propios de revistas o de libros especializados, que invitan a una lectura u observación paciente, atenta y relajada. Un reportaje fotográfico en el que pueda ser posible observar las más de un centenar de fotografías originales, que dan como resultado una muestra constatada e histórica del momento actual y de los espacios más destacados de la ciudad.

 

Lo particular e interesante de este reportaje es la ventaja que nos permite conocer los lugares de la capital a lo largo de un día pero en momentos muy diferentes entres sí; he aquí esa idea de cambio. El cambio entre el día y la noche. Observar una misma cosa con otra luz, otros colores y otro ambiente a su alrededor puede hacernos experimentar sensaciones diferentes. Así es posible conocerlo de un modo más profundo y amplio. Y de una forma más evidente ocurre con lugares o espacios urbanos.

Gracias a la fotografía, que quizá sea el método de representación más similar y fiel a la mirada testimonial de cualquier persona que transite los espacios representados, se compone una sinfonía visual y un contenido documental de Madrid tanto bajo la luz del sol como la de la luna.

La toma de fotografías se realizó mediante un procedimiento simple pero que requería un notable compromiso. Junto con mi cámara y mi trípode me trasladaba todos los días a la ciudad en el transporte público para llegar a las zonas de las cuáles quería tomar la fotografía.

 

Una vez por la mañana y otra vez por la noche. Al hacer la primera foto (de la mañana) era cuando elegía el lugar en el que ponía el trípode, miraba hacia dónde quería que la cámara enfocara, elegía el encuadre y ajustaba el ángulo. Una vez hecho esto, tomaba varias fotografías para escoger después la mejor y la que mayor interés generaba por las variables que se combinaban delante del objetivo; mejor luz, personas paseando, objetos que se apartaban... Después marcaba el lugar en el que había "plantado" el trípode con unas crucecitas que ponía en el suelo gracias a dos tiras de cinta aislante. Una por cada pata del aparato.

Al volver al mismo lugar por la noche, debía repetir el procedimiento tras buscar las crucecitas de cinta aislante que debían estar aún marcando el lugar exacto en el que había tomado la fotografía por la mañana. Volvía ajustar lo más parecido posible el encuadre y el ángulo, tomando referencias de los monumentos o edificios que fotografiaba y disparaba de nuevo una serie de fotografías para elegir la más atractiva después.

Respecto a los procedimientos de la cámara que seguía al tomar las fotografías de día o de noche, eran ciertamente distintos. Antes de nada, debo añadir que la cámara que utilicé para hacer las fotografías es la cámara Nikon D5100 con un objetivo de 18-105mm, para los videos una pequeña cámara GoPro con un objetivo angular y para la toma de audios, una grabadora ligera de mano. Con ello, el tipo de disparo de la fotografía por la mañana era más rápido; la velocidad de obturación era más corta y el diafragma se podía tener algo más cerrado. Por la noche la toma de fotografías era más entretenida y necesitaba más tiempo; la velocidad de obturación era mucho más lenta y en algunas ocasiones, el diafragma se abría más para que captara más luz si el lugar carecía de iluminación. Este método provoca que en algunas fotografías de noche se vean los halos de luz de los coches en toda su trayectoria, las personas que se movían o paseaban delante de la cámara se vean borrosas e incluso las hojas de los árboles se difuminen unas con otras o en el cielo debido al movimiento provocado por el viento.   

Método y Procedimiento para Fotografiar

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